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El enigma del sarcófago de Nefertiti

Pocas figuras del Antiguo Egipto han despertado tanta fascinación como Nefertiti, la gran esposa real del faraón Akenatón. Su rostro, inmortalizado en el busto hallado en Amarna y exhibido hoy en Berlín, es uno de los iconos más reconocibles de la historia. Sin embargo, su destino final sigue envuelto en un halo de misterio: ni su tumba, ni su momia, ni su sarcófago han aparecido jamás.

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La desaparición de la reina

Nefertiti vivió en el siglo XIV a. C., en plena revolución religiosa de Amarna, cuando Akenatón impuso el culto exclusivo al disco solar Atón. Durante años fue representada a la par que el faraón, incluso realizando ritos reservados a los reyes. Pero hacia el año 12 o 14 del reinado de Akenatón, su nombre desaparece de las inscripciones. ¿Murió entonces? ¿O llegó a gobernar bajo otro nombre, quizá como faraón mujer?

Una tumba sin hallazgo

Lo único cierto es que, a diferencia de otros miembros de la realeza, no se ha encontrado una tumba identificada como suya. Algunos arqueólogos creen que pudo haber sido enterrada en Amarna, donde Akenatón construyó su ciudad sagrada, pero la rápida decadencia de aquel enclave hace improbable que su momia quedara allí. Otros la sitúan en Tebas, en el Valle de los Reyes, el lugar destinado a los faraones del Imperio Nuevo.

La teoría de Nicholas Reeves

En 2015 el egiptólogo británico Nicholas Reeves revolucionó el panorama al sugerir que la tumba de Tutankamón (KV62) ocultaba tras sus paredes cámaras secretas que podrían pertenecer a Nefertiti. Estudios con radar parecieron detectarlas, aunque los resultados posteriores fueron contradictorios. Si Reeves estuviera en lo cierto, el sarcófago de la reina más célebre de Egipto descansaría a escasos metros del hallazgo arqueológico más famoso de todos los tiempos.

La incógnita de las momias sin nombre

En el Valle de los Reyes, concretamente en la tumba KV35, aparecieron varias momias femeninas sin identificar. Una de ellas, llamada “la Dama Joven”, fue candidata a ser Nefertiti. Sin embargo, estudios genéticos sugieren que se trataría más bien de la madre de Tutankamón, lo que la convertiría en una hermana de Akenatón, no en su esposa.

El misterio continúa

Más de tres milenios después, el paradero del sarcófago de Nefertiti sigue sin respuesta. ¿Fue enterrada en Amarna y sus restos se perdieron para siempre? ¿Se oculta tras los muros de la tumba de Tutankamón? ¿O reposa en algún rincón del Valle de los Reyes aún no explorado?

El misterio, lejos de apagarse, mantiene viva la leyenda de una reina que quiso ser faraón y cuyo rostro sigue observando al mundo desde hace 3.300 años.

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